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Trasplantes de barba: la cirugía estética que cada vez tiene más adeptos y con los que se pueden conseguir grandes cambios
La falta de pelo es un problema, y en ocasiones una inseguridad para muchos hombres. Todos estamos ya más que informados sobre la alopecia en la cabeza, pero hay otras zonas en las que podemos tener muy poco pelo, como en la barba. Y como es mala época para ser imberbe, muchos han optado por ponerse pelo ahí.
20 Noviembre 2019
|Cuando pensamos en la caída del cabello o en la falta del mismo, inmediatamente nuestro cerebro nos lleva a pensar en el pelo de la cabeza. ¿Pero es que nadie piensa en los imberbes? Nunca la ausencia de pelo en la barba dolía tanto como en esta segunda década del siglo XXI. El retorno de la subcultura hipster lo inició todo, pero es que ahora no hay hombre que pueda lucir una barba medianamente decente y decida afeitársela. Símbolo de virilidad, madurez, sabiduría o respeto desde la Antigüedad, las barbas viven su mejor momento, y los imberbes, sea de forma natural o por algunos problemas de salud, se enfrentan a una inseguridad difícil de gestionar... hasta ahora.
Ya no será necesario preocuparse por la poca barba, ni rascar a ver si crece más (spoiler, no funciona). La ciencia continúa avanzando y la falta de vello en la zona, ya tiene solución: los trasplantes de barba.
¿Cómo funciona el trasplante de barba?
El trasplante de barba funciona igual que cualquier injerto capilar. La técnica específica empleada es la del trasplante capilar FUE, donde se cogen injertos de la parte trasera o posterior del cuero cabelludo, lo que denominan zona donante. Después, estos pelos son examinados de manera minuciosa con un microscopio y se colocan en la zona con calvas o alopecia. Es una intervención sencilla con anestesia local que dura entre 2 y 5 horas y no deja cicatrices visibles.
A pesar de no ser una operación complicada, es muy importante ponerse en manos de un buen equipo y de un cirujano experto para evitar que un problema dé paso a otro. Se colocan entre uno y dos injertos como máximo, ya que la barba suele crecer de manera aislada. Es primordial que las incisiones tengan el ángulo y la dirección correctas para un acabado totalmente natural.
Los resultados se ven meses después
Dentro del postoperatorio, los cuatro primeros días son los peores para el paciente, ya que tanto la zona receptora como la donante se encuentran irritadas, inflamadas y tirantes. Por ello, son los días más importantes en cuanto a cuidados y alimentación. Durante las dos primeras semanas desaparecen las pequeñas costras que salieron tras la intervención y con ello desaparecen las molestias. A partir de los tres meses se comienza a ver el crecimiento del pelo. Es un proceso lento pero con grandes resultados; alrededor de ocho meses después el crecimiento de los injertos es del 80%, por lo que los resultados son más que visibles.
En un principio, el pelo será como el de la zona donante, por lo que, por lo general, tardará más en crecer, pero con el paso de tiempo se conseguirá que se asemeje casi a la perfección con el resto del pelo de la zona. Además, las cicatrices son prácticamente invisibles, ya que la incisión que realiza el cirujano no es mayor de 0,8 mm, y se hace para evitar que el pelo salga recto hacia afuera. Después de que finalice todo el proceso, la barba se podrá afeitar, recortar y tratar como si fuese pelo natural.
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No todas las personas son aptas para los trasplantes
Como podemos comprobar, el de la cabeza no es el único trasplante capilar que pueden llevar a cabo los hombres. Y tampoco el de la barba. También las cejas o el bigote se pueden arreglar con una operación. Sin embargo, no todas las personas son aptas para dichos trasplantes. Dependerá entre otras cosas del sexo, de las causas de la ausencia de pelo y del tipo del cabello, siendo los de tono oscuro, grueso y rizado los mejores para que el proceso sea positivo.
Cabe recordar que este tipo de cirugías conllevan un proceso pre y postoperatorio que puede extenderse hasta 8 meses. El turismo que se ha creado en Turquía, donde el gobierno financia estos tratamientos para fomentar la llegada de viajeros, ha dado lugar a que muchas personas decidan acudir al país en busca de cirugía 'low cost'.
Para empezar, la palabra 'cirugía' y 'low cost' en la misma frase ya es extraña, siguiendo con que ningún médico seguirá tu postoperatorio como sería debido. Además, si se investiga un poco, se descubrirá que el precio de un trasplante capilar en Turquía ronda los 2.500 euros por 1.000 cabellos, a los que deberás añadir la estancia y los gastos del viaje. Sin embargo, en España cuesta alrededor de 6.500 euros, entre 3.000 y 6.000 en el caso de los trasplantes de barbas, pero por 3.000 pelos y un seguimiento posterior del tratamiento.
El tema económico se está convirtiendo en el único factor decisivo para la elección del lugar donde llevar a cabo la cirugía, cuando lo que de verdad debería primar es la confianza en el cirujano, la técnica aplicada, la clínica y los medios para llevarlo acabo.