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La cultura metrosexual se expande por los países árabes y se adentra en la cultura islámica con fuerza
Los príncipes árabes como Hamdan Al Maktoum son, inconscientemente, los máximos exponentes metrosexuales del mundo árabe porque no sufren tipo alguno de represión. ¿Pero qué pasa con el resto de hombres árabes y musulmanes? ¿Pueden expresar su identidad?
23 Enero 2019
|La globalización y la cultura de masas han llegado a un punto de evolución en el que los países más cerrados sobre sí mismos tienen que dejar paso a culturas de otros lugares. Esta situación es especialmente notable en países de culturas islámicas, cuyos textos sagrados, aparte de estar comúnmente unidos al poder político, subyugan a la población a una serie de dogmas que regulan desde su moralidad hasta sus ropajes.
Casos como el de Pakistán, país islámico que está viendo cómo una avalancha de hombres metrosexuales buscan una nueva forma de expresarse, son un buen ejemplo para mostrar que el avance del mundo provoca cambios inevitables en las religiones. En Pakistán se están abriendo nuevos centros de belleza para hombres constantemente, una noticia que para Occidente no es de gran sorpresa, parece algo normal, pero en un país islámico, es un ataque claro a las convicciones religiosas tradicionales. Y es que el islam, con sus dogmas escritos en el Corán, dictamina cuáles son las vestimentas ilícitas, qué corte de pelo agrada a dios y cuál es la longitud idónea de la barba para ser un buen mahometano. Por tanto, se nos plantea una duda: ¿Puede practicarse la cultura metrosexual en los países islámicos?
Qué es la metrosexualidad y por qué se está expandiendo por el mundo
Según un estudio de Nicolas de la Cruz, de la Universidad de Buenos Aires de Argentina, el término 'metrosexual' fue acuñado por Mark Simpson en 1994 para hacer referencia a un tipo de hombre que, por esos tiempos, representaba algo nuevo. Es un concepto que hace referencia a los hombres preocupados por su imagen y que adoptan, sin ningún resquemor, hábitos tradicionalmente reservados (o relegados) a las mujeres. Estos últimos pueden ser la depilación, el maquillaje, el gasto descompensado de ropa o la afición por la cirugía estética, por ejemplo.
Se debe dejar claro que el concepto 'metrosexual' no indica orientación sexual, los hay heteros, bisexuales y homosexuales. Lo que sí buscan los metrosexuales es aceptación propia, quieren mirarse al espejo y ver a alguien bello, elegante y con gusto. En líneas generales, son hombres que buscan expresar su masculinidad de forma distinta.
Cabe decir que el prefijo 'metro' fue elegido por Simpson ya que eran los hombres de las grandes urbes los que comenzaron a tomar por costumbres las prácticas antes señaladas, mientras que los varones de las zonas rurales seguían marcando su masculinidad de una forma más tradicional, más patriarcal.
Según el estudio "La metrosexualidad: ¿una nueva forma de expresión de los hombres?", la situación de expansión de esta práctica es debida a la nueva posición de la figura masculina, que en el útlimo siglo ha visto como perdía privilegios frente a las mujeres, las cuales ganaban en derechos. De esta forma, los hombres buscan una nueva forma de expresión y de coexistencia en sociedad.
Lo más visto
Sigamos aclarando conceptos: árabe no es lo mismo que musulmán
Normalmente se utilizan como sinónimos pero no lo son. Cada uno de estos conceptos hace referencia a un significado distinto:
- Árabe: perteneciente a la península arábica. En total la forman 22 países, como son Egipto, Emiratos Árabes, Túnez, Marruecos...
- Musulmán: creyente y practicante de la religión mahometana o islámica.
- Islámico: perteneciente al mundo del islam. Arte islámico, países islámicos, cultura islámica...
- Islamista: hace referencia a la ideología que propone fusionar los intereses de la religión islámica con la política.
Por lo tanto, en los países árabes sin una fuerte injerencia de la religión existen más libertades que en un estado islamista que busca la rectitud de la población para con la palabra de dios. No todos los países árabes son islamistas, ni todos los habitantes de estos países son musulmanes. Se calcula que hay 1.500 millones de musulmanes en el mundo y solo 200 millones viven en países árabes.
El metrosexual árabe
Claro que existen los árabes metrosexuales. No son muy ostentosos a la hora de vestir, prefieren la austeridad en las prendas y la sencillez en el estilo. En lo que respecta al rostro ya es otra cosa. Barbas de tres días muy bien recortadas, cejas arregladas con un corte fino, intentando huir de las grandes barbas pobladas y cejas gruesas fisiológicamente comunes en la zona. El pelo, por lo normal, lo llevan corto y suelen cubrir sus cabezas con gorros, sombreros o telas típicas de su país.
A la hora de vestir tienen una clara debilidad por el color blanco, influidos por la cultura de los países árabes. En cuanto al calzado: babuchas y sandalias. Estos países son punteros en calidad de materiales, fabricación y confort de este tipo de calzado.
A nivel de cirugía estética, los países árabes están mostrando apertura. Pero, por el momento, hay una mayoría notable de mujeres en la clientela: en Irán, 200.000 mujeres al año pasan por el quirófano para realizar una rinoplastia (modificación estética de la nariz). Los hombres árabes se preocupan más por su sonrisa, siendo este su único retoque artificial.
Lo más nuevo
Los metrosexuales árabes están presentes y pueden desarrollar su expresión de género tal y como quieran. Pero, ¿son oprimidos en su intento? Vamos a comprobarlo.
Islam y metrosexualidad, ¿pueden compaginarse?
Lo primero que debemos conocer es que no todos los países de oriente medio tienen unas sociedades tan cerradas. Por ejemplo, los países cuyos gobiernos han estado presididos por partidos progresistas gozan de más libertad para las mujeres, mientras que en Arabia Saudí siguen decapitando a decenas de personas cada año.
El segundo aspecto a remarcar es la diferencia que hay entre el núcleo urbano y la zona rural. Como en casi todas las sociedades del mundo, la zona rural representa la parte menos desarrollada del país. Es decir, en los pueblos y pequeñas poblaciones, ni el mestizaje, ni otras religiones, ni otras culturas han penetrado, salvo por lo que se puede colar gracias a los medios de comunicación o internet. En las ciudades de países islámicos, la introducción paulatina de nuevos valores están revolucionando la sociedad, a ritmo lento, eso sí., pero suficiente para poder ver nuevas ropas, nuevos cortes de pelo o nuevas costumbres.
Normas del islam con respecto a la vestimenta.
Un líder espiritual islámico te diría que toda prenda o adorno es lícito para Dios, pero luego, al abrir su libro sagrado, nos encontramos decenas de restricciones. La primera de ellas: que la ropa que nos pongamos nunca puede ser translúcida o transparente. Una indicación opresiva que muestra un rechazo claro al culto a la belleza o al cuerpo.
El Corán también indica cuáles son las partes corporales que pueden mostrarse y cuáles debe ocultar la ropa, mostrando especial represión hacia la mujer, que deberá estar tapada casi en su totalidad en la presencia de otros hombres.
Según la Nueva Guía Islámica en castellano "el hombre debe cubrir desde el ombligo hasta sus rodillas, mientras que la mujer debe cubrir, delante de los hombres extraños, todo su cuerpo excepto la cara y las manos. Tampoco se permite vestir ropa ceñida que llegue a definir las partes del cuerpo, ni ropa translúcida que muestre la piel debajo; a propósito de la ropa translúcida y apretada, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) amenazó con el castigo del Día del Juicio a quien la vistiere; dijo: 'Dos tipos de habitantes del Infierno aún no he visto: mujeres que al vestirse parecen desnudas...'"
Como podemos leer, las vestimentas adecuadas para Alá son opacas y no ceñidas, por lo que deducimos que ningún metrosexual entrará en el paraíso islámico. No solo eso. Si se le ocurre alguna vez vestirse con prendas femeninas irá directo al Yahannam (infierno islámico).
No al travestismo
Según el Corán, el mensajero de Alá maldijo a los hombres que vestían como mujeres, por lo que cualquier hombre que utilizara prendas para mujeres cometería un pecado grave. Los profetas que escribieron los textos sagrados hace cientos de años no podían conocer los tópicos de género que existirían en la actualidad. ¿Quién dice que un pañuelo es de mujer y no de hombre? ¿Qué diferencia existe entre una falda para mujer y otra para hombre? ¿Cómo diferencias si unas sandalias son femeninas o masculinas?
Por suerte los nuevos tiempos están creando sociedades más inclusivas que intentan derribar la construcción dual de género tal y como la conocíamos hasta hoy, aunque los estados mantengan el clasismo. Es decir, que un hombre metrosexual islámico debe tener mucho cuidado si va a repasar sus pestañas con rímel, el paraíso y las habituales 40 vírgenes peligran si falla. E incluso, según qué país, se puede enfrentar a una pena de cárcel o, directamente, a la pena capital.
Cero cruces en la viña de Alá
Para el Corán también es un pecado grave vestir con símbolos de otras creencias. Es decir, un buen islámico no debe vestir ropas que se asemejen a otras culturas o religiones. Aunque hay una excepción: aquel musulmán que viva en una sociedad en la que todo el mundo viste de una forma totalmente distinta a la manera que indican los textos sagrados, podrá adaptar sus costumbres en cuanto a la vestimenta.
No hay lugar para lujos
Está prohibida la ropa que se identifique rápidamente con la arrogancia o la opulencia (salvo para los jeques, esos ya tienen el cielo comprado): "No entrará al Paraíso quien tenga en su corazón un grano de arrogancia"(Muslim 91).
Por esta santa razón no se permite vestir de forma ostentosa y tampoco arrastrar ropajes muy largos en signo de poder económico. De la misma forma, no está permitido que los hombres lleven prendas con, o echas a base de, seda u oro. La seda prohibida para los hombres es la que produce el gusano de la seda. En este aspecto son las mujeres las que sí pueden cargar con joyas doradas o ropajes de seda.
Como el profeta dijo que sus seguidores no vistieran ropas caras con exceso y presunción, los metrosexuales deben ajustarse a la norma y sentirse cómodos sin gastar en dinero en demasía. Este aspecto también está matizado, según la renta y según las obligaciones cada uno puede gastar más o menos en su imagen.
En lo referente a la cirugía estética, la intervención quirúrgica para mejorar la apariencia de las personas es totalmente lícita dentro del islam. Tanto hombres como mujeres pueden beneficiarse de estos avances y disfrutar de una buena apariencia aun con el paso de los años.
Metrosexuales en el mundo islamista
Después de leer lo que dicta el Corán sobre el uso de vestimentas y cómo debe expresar su identidad el musulmán temeroso de Dios, podemos concluir que solo hay dos tipos de hombres islámicos que pueden compaginar ambas cosas sin ofender a Alá.
- El primero es el jeque, el rey o el multimillonario. Si tienes dinero puedes hacer lo que quieras, Dios te da permiso para hacerlo. Este tipo de hombres son los que están sirviendo, inconscientemente, de altavoz de la cultura metrosexual. El mejor ejemplo es el hijo legítimo del emir de Dubai, Hamdan bin Mohammed Al Maktoum, un hombre joven, atractivo, influencer, modelo, y estrella de Instagram con más de 7 millones de seguidores. Su poder le permite considerar lícitas algunas cosas que para el resto de hombres islámicos serían muy indignas para Dios.
- El hombre musulmán que no vive en un país islámico y puede adoptar ciertas costumbres del país en el que está alojado a la hora de vestirse. Aun así, este hombre sufrirá una gran disonancia cognitiva a la hora de definir su identidad.
La religión no es buena amiga de la libertad, y sobre todo cuando ambos conceptos se relacionan alrededor de un tema tan delicado como la expresión de género o la sexualidad.
No confundamos posiciones
El Islam es, de la misma forma que otras muchas religiones, una creencia basada en el amor que busca la liberación tanto espiritual como trascendental del ser humano.
Pero, de la misma forma que en el cristianismo o en el judaísmo, existen ciertos dogmas que intentan moldear la moral del individuo creando así un yugo de opresión y miedo a la muerte. Por lo que en muchos aspectos de la vida, la religión solo estorba la libertad del individuo, como vemos con la metrosexualidad de los hombres del islam.