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De 'enfant terrible' a leyenda de la moda: repasamos la trayectoria de Jean Paul Gaultier
Jean Paul Gaultier fue una de las personalidades más importantes del mundo de la alta costura. El francés, que revolucionó la moda del último tercio del siglo XX, ha dicho adiós en la París Men's Fashion Week. Repasamos la trayectoria de un genio irrepetible.
| 23 Enero 2020
El nombre de Jean Paul Gaultier es uno de esos que viven en el imaginario colectivo de forma permanente. Para aquellos que creen que la moda y la alta costura no influyen en su vida y que, por ello, no prestan atención a los desfiles, los showrooms y las nuevas colecciones, el nombre de Jean Paul Gaultier es sinónimo de perfumería. Su icónica fragancia masculina Le Male, lanzada a la venta en 1995, es la más vendida en Europa entre los hombres.
Para otros muchos, el diseñador francés es un auténtico icono cultural. Sus colecciones han sido una y otra vez a lo largo de las últimas décadas las más comentadas e innovadoras del panorama de la alta costura. Un diseñador que ha sabido leer las nuevas tendencias y que ha llevado como pocos la posmodernidad al mundo de la moda.
El camino único de Jean Paul Gaultier
Jean Paul Gaultier nació en Arcueil, una pequeña comuna del norte de Francia que, para cuando el icono nació, contaba con menos de 18.000 habitantes. Se crió en un suburbio de París, desde donde empezó a interesarse por la moda desde que era un niño. Fue su abuela, Marie Garage, quien le trasladó a su nieto su pasión por el diseño. Ese nieto, el joven Jean Paul Gautier (añadir la L en mitad del apellido fue una decisión que tomó cuando empezó a ganar reconocimiento), se formaría más tarde por su cuenta, y antes de cumplir la mayoría de edad le enviaría a los grandes modistos franceses (a la sazón, los grandes diseñadores del mundo) bocetos y más bocetos para llamar su atención. Consiguió que el gran Pierre Cardin se fijara en él en 1970 y le contratara como su asistente personal. Tenía 18 años.
En 1976, con menos de 25 años y tras una estancia en Filipinas, lanzó su primera colección. Tardó cinco años de trabajo duro en los que acumuló deudas y más deudas para conseguir un estilo personal que impactara al mundo. Cuando lo hizo, no hubo vuelta atrás. Logró colocar sus prendas en una boutique en Saint Germain y su colección de 1981 fue la primera que atrajo la atención de conocidas editoras de moda. Su progresión a lo largo de los años 80 del siglo pasado fue meteórica. Valiéndose de la provocación en sus diseños y haciendo de cada uno de sus desfiles un auténtico acontecimiento llegó a conseguir hallazgos de tal magnitud como la icónica camiseta de rayas bretonas (o marinera) que ya está ligada para siempre al nombre de Jean Paul Gaultier y a sus perfumes, o sus famosos vestidos y corsés que, muchas veces, solo conservaban las estructuras de la forma original.
A principios de los 90 le llega la fama internacional e imparable. Madonna, después de haber sido su clienta durante años, le escogió para que diseñara el vestuario de una de sus giras más memorables, el 'Blond Ambition Tour'. En esta década siguió apostando por lo que le había hecho grande: además de sacar su línea de perfumes para mujer y para hombre, apostó por vestir a los hombres con faldas. Algo que, hoy en día, en un momento en el que parece que todos los tabúes se han roto respecto a la moda, sigue siendo controvertido, en su momento fue una auténtica revelación. A finales de la década, en 1997, lanzó su firma de alta costura.
En los 90 también empezó la que ha sido una de sus tradiciones más extravagantes. Jean Paul Gaultier es lo que ahora se conoce como eurofan, un auténtico apasionado de Eurovisión y ha vestido en media docena de veces a participantes de diferentes países. Incluso, en 2008, hizo de comentarista para la televisión francesa. De hecho, en la última edición (2019) cerró el círculo vistiendo a Madonna en su actuación en la gala de Eurovisión.
Lo más visto
Con el tiempo, el ímpetu del diseñador francés fue bajando de intensidad. También empezó a desencantarse con los derroteros que tomaba el mundo de la moda, llegando a declarar que "tenemos demasiado de todo. Demasiada ropa, demasiadas colecciones, ¡demasiadas películas! En Francia se estrenan cada semana 25. ¡Es imposible!". Estas declaraciones vinieron acompañadas del cierre de su línea de prêt-à-porter, las colecciones que se encontraban en tiendas y en la web, centrándose solo en la alta costura, con la que ahora termina una relación que se ha extendido durante medio siglo y que ha sido tan revolucionaria que se recordará eternamente. Siempre tocando lo 'kitsch' y siempre tocando las tendencias más urbanas y marginales, algo que encaja no solo con su imaginario sino con el de otros artistas con los que colaboró.
Jean Paul Gaultier: la moda, el cine y el cabaret
Jean Paul Gaultier, como buen artista posmoderno, no se ha ceñido a una sola actividad creativa. Las pasarelas le han dado mucho, pero durante su época dorada (los años 90) hizo varias incursiones en el mundo del cine que marcaron posteriormente otras obras gracias a su estilo visionario. El vestuario de 'El Quinto Elemento', película del también francés Luc Besson, ambientada en un siglo XXIII en el que el futuro de la Tierra depende de (sorpréndase) Bruce Willis, fue obra de Gaultier. También lo fue el vestuario de Victoria Abril en 'Kika', de Pedro Almodóvar del que dijo "Almodóvar es la vida, el entusiasmo, el drama, la tragedia. Recuerdo el fitting de Kika como uno de los más duros de mi vida. Es un genio y en Francia se le admira muchísimo".
La relación del francés con España es curiosa. Según ha reconocido en entrevistas con medios españoles, veraneaba durante su infancia en el País Vasco Francés y, desde ahí, fue bajando por una España (Castilla, Andalucía...), cuyo imaginario más tradicional (vírgenes, lunares, volantes, toros) le ha marcado profundamente. Fue en una corrida de toros en Francia donde vio su primer traje de luces (un icono de la moda independientemente de sus connotaciones).
Es Jean Paul Gaultier un hombre de contradicciones. Se ha acercado a los toros pero, sin embargo, en 2004 renunció a utilizar pieles de animales en sus diseños. Del mismo modo, como icono posmoderno, ha buscado siempre la ruptura con todo aquello que estaba establecido: los hombres pueden llevar falda, los corsés dejan de contener para expandirse más allá del cuerpo de la mujer, etc. Sin embargo, hace de las estructuras clásicas la base de sus diseños más carismáticos (a veces, incluso, utilizando únicamente estas estructuras. Hombre y creación en plena consonancia con un movimiento (el posmoderno) que siempre busca destrozar lo preexistente pero termina encariñándose con ello.
En los últimos años había hecho de su vida un cabaret. Literalmente. "Escribí la obra visualmente, imaginando una sucesión de escenas que, más que mi vida, relatan mi viaje en la moda, el otro lado del decorado. Igual que el forro de una chaqueta, suele ser tan bello como lo que se ve a primera vista", le contó a Alex Vicente, de El País, cuando le preguntaron acerca de este espectáculo que, como casi todo lo que Gaultier toca, fue un éxito. Una idea que debería haber durado solo dos meses sobre los escenarios fue renovada por casi un año y, en 2020, de no haber sido por el coronavirus, una gira internacional podría haberle traído de nuevo a nuestro país. Otra vez, todo en la vida de Gaultier parece estar conectado.
Quizá por eso Jean Paul Gaultier decidiera poner fin a su trayectoria en la París Fashion Week, con un desfile que celebraba los 50 años de este francés universal en el mundo de la moda y el arte y con el que volvió a recibir el reconocimiento que merece. Todo el mundo en pie para despedir a Jean Paul Gaultier.