Cómo proteger tu pelo del frío (y de la lluvia y la humedad) en invierno
El inverno es una estación de cambios repentinos del tiempo y caídas drásticas de temperatura, lo que puede perjudicar la salud de nuestro pelo. Si quieres evitarlo y proteger tu cabello, estos trucos te servirán para prevenir los daños provocados por el clima.
20 Octubre 2022
|Los cambios de estación se están volviendo cada vez más repentinos con los años, y parece que el otoño no va a llegar y vamos a entrar en invierno directamente, lo que nos puede pillar desprevenidos. Al igual que en el verano, nuestro cuerpo también puede sufrir a causa de las condiciones del entorno, y en especial, nuestro cabello. Por este motivo, vamos a enseñarte cómo puedes cuidar tu pelo durante la temporada más fría del año.
El mantenimiento del cabello para conservarlo sano es algo que a muchos hombres nos da igual, pero no debería, con el problema de la calvicie acechando constantemente. El frío del invierno puede causar daños en el cuero cabelludo de cualquiera, salgamos mucho o poco. Por tanto, es momento de dejar de pensar que el cuidado de la cabeza no es para nosotros y empezar a practicarlo.
¿Cuáles son los peligros de invierno para nuestro pelo?
En la estación de la Navidad, el frío, el viento, la lluvia y la nieve pueden provocar que las puntas se abran y que el cabello se seque, se vuelva débil y quebradizo, se encrespe y pierda elasticidad y brillo. La niebla es otro fenómeno con el que hay que andar con ojo, ya que aumenta los niveles de humedad en el ambiente, poniendo en aprietos a nuestro pelo.
¿Qué tendemos a hacer como respuesta? ¿Someter a nuestro cabello al calor extremo de las calefacciones, las largas duchas de agua muy caliente, el secador al máximo de temperatura o a un abuso de los gorros?. Hay que andar con ojo, los cambios bruscos de temperatura que experimentamos con estas acciones resultan bastante nocivos. Como se suele decir, es peor el remedio que la enfermedad.
A pesar de ello, no hay duda: el frío es el principal culpable de los daños del pelo en invierno. Las bajas temperaturas provocan que los vasos sanguíneos se estrechen y que la circulación se vuelva más lenta. Debido a esto, el flujo de nutrientes disminuye, y las glándulas sebáceas del cuero cabelludo trabajan a un ritmo mucho menor. Estas producen los aceites naturales que lo protegen, por lo que el resultado es un pelo deshidratado, frágil e indefenso. Por otro lado, en invierno tendemos a lavarnos la cabeza con menor frecuencia, mientras que utilizamos el secador más de lo deberíamos. Sin su protección natural y teniendo que enfrentarse a los peligros del entorno, nuestro pelo puede sufrir más que en ningún otro momento.
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Según afirman los expertos, el agua muy caliente puede dañar la piel del cuero cabelludo e inflamar las glándulas sebáceas. Como resultado, se puede terminar resecando y provocando la aparición de caspa, entre otros problemas. Por muy seductor que resulte una ducha muy caliente, el aclarado se debe hacer con agua templada. Por otra parte, el problema con el secador se debe a que 'seca' la melena en cualquier sentido: debilita las fibras de queratina, elimina el brillo y degrada el color. El aire caliente también inflama el cuero cabelludo y entorpece la micro-irrigación sanguínea, algo que puede provocar la caída.
Guía para cuidar el pelo en invierno
Protección contra el entorno
Es recomendable cambiar de champú en invierno, ya que el cabello necesita un aporte de hidratación y cuidado de la fibra en profundidad. Los champús nutritivos son la mejor opción, puesto que ofrecen las defensas necesarias para plantar cara al frío y evitar que el pelo se reseque o se rompa. Por otra parte, para prevenir el encrespamiento, lo mejor es rociar un spray hidratante ligero y sin aclarado sobre la melena tantas veces como quieras. Los cepillos de cerdas de jabalí también son muy útiles, porque así evitarás la electricidad que pueden transmitir los materiales sintéticos que nos ponemos en la cabeza, como los gorros y bufandas.
Protección contra el calor de las máquinas
Como ya hemos señalado, el secador y las herramientas eléctricas de calor pueden resultar bastante perjudiciales. Es cierto que en invierno caemos en la tentación de usarlas bastante, pero ya que lo hacemos, es mejor emplear unas que permitan regular la intensidad del aire y la temperatura. Si mantenemos ambos elementos en una medida moderada, nuestro pelo sufrirá mucho menos. Si el secador forma parte de tu rutina de vida, es necesario que empieces a usar un protector térmico capilar, sea en spray o en espuma. Este producto te vendrá bien si también sueles utilizar planchas, rizadores, tenacillas u otros utensilios.
No salgas con el pelo mojado
Aunque no es recomendable utilizar el secador, tampoco deberías plantearte dejar tu cabello secar al aire. Hacerlo no solo puede constiparte, sino provocar que tu melena se enfríe más de la cuenta y se 'rompa'. Esto puede sonar extraño, pero las gotas de agua que se quedan en la superficie o en la raíz pueden cristalizarse si las temperaturas son demasiado bajas. Por este motivo, asegúrate de lavarte el pelo y dejarlo secar mucho antes de salir de casa. Si vas con algo de prisa, usar una toalla suave también es una opción muy recomendable.
Protección adicional con mascarillas
Puedes darle un lujo a tu cabello de vez en cuando y utilizar una mascarilla capilar natural y nutritiva. Si puedes permitírtelas, compra unas cuantas para usarlas una o dos veces a la semana y aprovecha todos sus beneficios (o fabrícate tu propia mascarilla artesanal). Vienen muy bien para fortalecer la fibra y recuperar y mantener el brillo perdido. Una de las más recomendables es la mascarilla de plátano, sobre todo, para melenas maltratadas, secas y que necesitan un aporte extra de hidratación.