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Trucos y consejos para que nuestra piel no sufra cuando tomamos el sol
El sol puede darnos alegría, beneficios para nuestra salud y una imagen bronceada muy sexy, pero si no sabemos cuidarnos frente a sus efectos negativos, lejos de disfrutar, supondrá un rompecabezas lleno de dolor e incomodidad para nuestra piel. Te dejamos varios consejos para que durante la primavera y el verano puedas disfrutar al máximo del sol.
28 Marzo 2019
|Con la llegada de la primavera podemos volver a disfrutar de la luz, el buen tiempo y de toda la alegría que nos genera el sol. Pero, como todos los años, los médicos y dermatólogos repiten las advertencias sobre los peligros que acarrea tomar el sol. A continuación, te exponemos los mejores consejos para disfrutar de él sin riesgo, aprovechar sus beneficios y no pasarlo mal tras hacerlo.
Antes de exponerse al sol
La primera norma es tener una idea de cuánto tiempo vamos a estar expuestos al sol y dónde. Es importante saber que los horarios 'prohibidos' por especialistas en la piel comprenden las horas que hay entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde, cuando la carga de radiación en la luz solar es muy alta y no solo afecta a la piel mediante quemaduras, sino también al sistema inmunológico, daña la vista y acelera el envejecimiento.
Por tanto, compra una crema solar que transmita confianza, y antes de salir a la playa, al parque, a la terraza o al festival de turno, y no justo al llegar, impregna las partes más expuestas de nuestro cuerpo con el protector. Es muy importante seleccionar los productos con paciencia y con mucho conocimiento, ya que hay ciertos aceites, bronceadores o cremas para los baños de sol muy poco recomendables, hasta el punto de ayudar a tener quemaduras muy dolorosas o manchas en la piel, llamadas 'café con leche', que hacen mucho daño estético en la piel del afectado.
De nada sirven las precauciones si nuestro estado de salud no es el mejor. Recuerda que la repercusión del sol en nuestro cuerpo es muy fuerte, por eso, hasta una simple y común contrariedad estomacal como la diarrea sumada a la exposición a los rayos solares pueden provocar una deshidratación grave. Así que, si no te encuentras bien no te expongas al sol en demasía. Es mejor quedarse en casa descansando y disfrutar del sol de mediodía en la calle cuando estés mejor.
Durante la exposición
En un artículo sobre la llegada de la primavera ya comentábamos los beneficios del sol en nuestras vidas, en especial por su inestimable ayuda en la producción de Vitamina D en nuestro organismo. Pero claro, el tiempo que tarda la piel en producir esta vitamina son 10 o 15 minutos, nunca más. De este modo, más allá de ese cuarto de hora de rigor, lo ideal sería buscar una sombra. Si os parece poco, que sepáis que en lugares como la arena de la playa o la nieve, donde se consigue reflectar hasta en un 80% los rayos ultravioletas, el tiempo es todavía menor.
La crema solar se debe aplicar en intervalos de tiempo máximo de dos horas. Y si queremos protegernos del sol realmente, el factor de protección solar de la crema, también reconocido como SPF, debe ser, cómo mínimo, de 30 puntos. Además, debe cubrir frente a la protección de rayos ultravioletas UVA y UVB.
Lo más visto
La hidratación es, junto con la protección solar, la parte más importante. Así que por favor, bebe agua. Nada de alcohol, eso déjalo para cuando caiga la noche. Solo agua, o refrescos como mucho, pero mejor agua.
Por otro lado, los complementos idóneos y que no debemos olvidar si pasaremos mucho tiempo frente al Sol son los sombreros, las gorras, los pañuelos y las gafas de Sol. Llevar una ropa adecuada hará que disfrutemos más del buen tiempo. Las zonas que debemos tapar, o al menos darles un descanso de sol de vez en cuando, tras un tiempo exponiendo nuestros cuerpos a los rayos solares son la cara, la zona superior del pecho, las manos y el cuello. Estas zonas son olvidadas por la mayoría y sufren mucho con la radiación.
Después de la exposición
Cuando por fin nos escondemos del sol o él de nosotros, el cuidado sigue siendo tan importante como a las doce de la mañana. Todas aquellas personas con el pelo rubio o pelirrojo suelen tener una epidermis mucho más débil y propensa a las quemaduras, por lo que si perteneces a uno de estos grupos, ya sabes que debes tener más cuidado cuando veas más de 30 grados en la calle.
La palabra clave en la reparación de la piel tras un episodio de exposición al sol es aftersun, un producto que todos conocemos y que nos trae recuerdos dolorosos por quemaduras pasadas. Un truco para conseguir un genial efecto es comprar un aftersun en spray, meterlo en la nevera y utilizarlo tras tomar el sol. De esta forma, notarás un alivio tremendo cada vez que tengas que recurrir a él.
Con el sol, la ducha se convierte en un aspecto aún más importante en el día a día, debido a la necesidad de hidratar la piel para destapar todos los poros obstruidos por el sudor, grasa o suciedad. Las temporadas de mucho calor provocan la aparición de granos precisamente por esta razón, los poros se obstruyen y producen infección. Eso sí, si tu piel ha terminado quemada tras la jornada estival, no abuses de las duchas ni del agua excesivamente fría, son preferibles las duchas cortas antes que las largas.
Si quieres recuperar todas las propiedades de las que gozaba tu piel antes de que el sol se las llevara puedes utilizar un sérum de vitamina C, aunque es recomendable utilizarlo al final del día, cuando la noche caiga. Algunos de estos tipos de productos, aplicados directamente a la piel, consiguen recuperar la hidratación de la misma, incluso tras una jornada playera con sol de justicia.
Importantísimo, después de estar bajo el calor del 'Lorenzo', hay que hidratarse y adaptar una dieta rica en agua, proteínas y vitaminas. Puede que los haya, pero no conozco a nadie que, tras levantarse de la toalla en la playa, se disponga a 'clavarse' un cocido madrileño calentito entre pecho y espalda. Así pues, en nuestro menú se deben incluir comidas ligeras como ensaladas, frutas, alimentos con alto contenido en agua, té helado... O zumos deliciosos que ayudan a la recuperación de nuestra piel, como estos:
- Mango: es una fruta con alto nivel de antioxidantes, de esta forma colabora contra el envejecimiento de la piel. Recordemos que los rayos solares envejecen.
- Albaricoque y zanahoria: aparte de proteger contra los efectos negativos del sol, hace que nuestra piel consiga un tono bronceado y moreno muy estético.
- Papaya: por la misma razón que el mango, esta fruta ayuda a mantener la piel joven y suave.
- Melón: es una de las frutas con mas contenido en agua y el verano es su temporada por excelencia. Ayuda a hidratar y reparar la epidermis más que ninguna otra fruta.
Esperamos que estos consejos te sirvan de ayuda cuando el asfalto de las calles escupa fuego. Y recuerda: el sol estará siempre ahí para que lo utilices, así que no abuses de él siendo joven. Así que, al igual que el alcohol consúmelo con moderación.